
La conducta condicionada por el apareamiento es algo frecuente en las hembras de los insectos. La práctica del sexo induce un comportamiento específico; en el mosquito es la picadura, mientras que en otras especies es un apagón en el instinto sexual. El causante de estos cambios es el péptido sexual, una proteína corta integrada en el semen del macho. Hasta ahora, los científicos desconocían el mecanismo molecular de esta sustancia. Un estudio publicado en Nature viene a explicar cómo opera este sistema de regulación fisiológica.
Control de plagas
Un equipo de investigadores dirigido por Barry Dickson, del Instituto de Investigación en Patología Molecular de Viena (Austria) ha analizado la acción del péptido sexual de la mosca de la fruta, la conocida Drosophila melanogaster. De este modo han logrado identificar el interruptor molecular en la hembra, un receptor llamado SPR o CG16752 que está presente tanto en el tracto reproductor como en el sistema nervioso central, donde está relacionado con un gen que controla la conducta sexual. Las hembras que carecen del SPR se comportan como vírgenes.
El interés del hallazgo va más allá de la curiosidad biológica. Dickson y sus colaboradores han comprobado que el gen del SPR es similar en otras especies. La posibilidad de actuar sobre el comportamiento reproductor a través de esta molécula hace pensar en aplicaciones en el control de plagas y de insectos transmisores de enfermedades.
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