Spiga

Navidad es también la fiesta de los animales

Cuando pienso en estas fiestas no puedo remediar sentir dolor. Sé que cualquiera que lea estas palabras no podrá evitar extrañarse. Sin embargo expreso muy conscientemente lo que siento ya que se supone que La Navidad es la fiesta de la alegría, de pasárselo bien con familiares y amigos, reunidos eso sí, siempre en torno a una buena mesa puesta en condiciones, "como Dios manda", dirían algunos. ¿Pero realmente creemos que Dios manda que nuestras mesas festivas para conmemorar el nacimiento de Jesús, el maestro del pacifismo, se llenen con semejantes "manjares"? La verdadera realidad es que el occidente cristiano ha perdido el origen, el motivo de la festividad que conmemora ese gran acontecimiento que ocurrió hace 2000 años en Belén. Adornamos con millones de luces de colores nuestras ciudades, pero qué hacemos con la más importante de las luces, la de nuestro interior. ¿Brilla también? Si fuera así, no permitiríamos que la Navidad se hubiese convertido en una fiesta de matanza sin igual, sangrienta y llena de sufrimiento y muerte en los "modernos" mataderos, que son los campos de exterminio del siglo XXI. Si nuestra luz brillara sentiríamos el dolor animal como el nuestro propio, nos horrorizaría la triste vida y la dolorosa muerte de millones de animales sometidos a nuestra cruel y feroz voluntad. Ellos, nuestros hermanos menores los animales, deben morir de una forma salvaje y bárbara para saciar el vicio del paladar y el sibaritismo sin piedad del "rey" de la sociedad de consumo, del autodenominado "rey de la creación", el ser humano. En estas fechas en las que celebramos el nacimiento de Jesús, El Cristo, podríamos recordar algunas de sus palabras, que son la mejor guía para una vida feliz que se haya regalado a nosotros los hombres. Él dijo: "Aquello que hagáis a la más pequeña de mis criaturas, me lo estáis haciendo a mí". Sin embargo las instituciones eclesiásticas con su nefasto ejemplo, han contribuido de forma irremediable a que el daño al Reino animal haya llegado a su punto culminante, contradiciendo las palabras de Jesús a quien supuestamente ellos representan en la Tierra, y con ello dan el ejemplo a seguir a millones de fieles seguidores ciegos. Esto es una burla de Jesús de Nazaret, ya que Él nació entre animales. Ellos fueron los únicos que le acogieron en su nacimiento, los únicos que le dieron calor. Y nosotros para celebrar Su cumpleaños nos comemos a los descendientes de sus benefactores. Jesús no sólo vino por las personas, también vino por los animales. Y su nacimiento, como su vida, debería ser para nosotros un símbolo. Los animales respiran como nosotros, los traspasa el mismo hálito de vida que a nosotros, sienten dolor igual que nosotros, pues su sistema nervioso central es parecido al nuestro, se alegran y juegan como nosotros, ¿no hemos visto nunca acaso jugar a un par de gatitos, o unas cabritas saltarinas? Sin embargo el hombre ciego que se deja guiar por guías ciegos, relega las palabras de Dios Su Padre, e interpreta a su manera el 5º Mandamiento que dice claramente no matarás; para ello antepone las opiniones y conceptos de otros hombres como por ejemplo Tomás de Aquino quien dijo, entre otras muchas cosas, que los animales no tenían alma. Con ellas sentenció el destino de millones de animales. Recordemos que Tomas de Aquino es patrón y santo venerado por la iglesia católica, el mismo que dijo de las mujeres que eran la puerta del infierno, a las que no había que tener en consideración porque eran hombres incompletos, seres sin alma. ¿No habrá llegado la hora ya de archivar y desterrar por parte de la iglesia a este "santo", patrón de los estudiantes? Y si la iglesia lo mantiene como otras tantas cosas y lo considera valido y actual, conviértase usted en un o una librepensadora y destiérrelo. Por favor, estas Navidades tenga en cuenta que la naturaleza nos provee de todo lo que el hombre necesita y mucho más. No es necesario el derramamiento de sangre para poder comer ricamente y celebrar una fiesta con una mesa llena de manjares. El trozo de cadáver ricamente aderezado que va a comer estas Navidades, antes fue un ternerito, un corderito o quizás un sonrosado cerdito llenos de vida. ¿Les quitaría acaso la vida si tuviera que matarlos usted mismo?

0 comentarios: